Días 13, 14 y 15: De turismo por Sajonia

Este fin de semana he aprovechado para hacer algo de turismo por toda Sajonia. El viernes me apunté a un viaje organizado por mi academia de alemán a la Suiza Sajona, un parque natural que está a 30 minutos en tren del centro de Dresde. El viaje estaba organizado en grupos, y cada grupo cogería un camino diferente para después encontrarnos todos al final en un pueblecito (Todos los caminos llevan a ese pueblecito).

Pueblecito
Pueblecito

Yo, sin tener ni idea de alemán, elegí al grupo por el método del "Este mismo", y como dice la ley de Murphy, me tocó el que tenía el camino más difícil. Tuvimos que subir a lo algo de una montaña, y luego bajarla, y luego subir otra montaña y luego bajarla... Fue una caminata muy cansada, había que andar por un bosque y por caminos muy estrechos escavados en la roca y, para colmo, hacia un calor tremendo, aunque todos los esfuerzos merecían la pena,

Entre las rocas
Entre las rocas

porque desde lo alto de estas montañas se tenían vistas de todo el parque natural y del valle del Elba, unas vistas increibles...

Valle del Elba

Valle del Elba
Valle del Elba

Puente sobre la Suiza Sajona
Puente sobre la Suiza Sajona

El viaje se hizo ameno porque fui acompañado todo el rato por un grupo de chilenos, con los que fui bromeando todo el camino. Lo que no me gustó del viaje fueron los guías: son estudiantes de la universidad de Dresde, de nuestra misma edad, a los que el instituto de estudios avanzados (donde estudio alemán) contrata para que nos acompañen en todas las actividades. Los muchachos ante un grupo de extranjeros perdidos en un bosque, alcanzan un poder inimaginable y van de sabihondos, estando como orgullosos de que ellos saben el camino, y nosotros no tenemos ni idea (me gustaria verles en Gredos), y nos tratan como niños, diciendo cosas como: “no os subáis a esas piedras”, “vamos, no os quedéis rezagados”, “no os sentéis en la vía del tren”... ¡Pero almas de cántaro! ¡No nos trateis como si fuésemos subnormales!. Aunque no sepamos alemán, sabemos que un tren puede hacer mucha "pupa".

Guías
Guías

Al día siguiente y aprovechando que estaban en Dresde los padres de Juan haciendo turismo, me acoplé a ellos y fuimos a ver otra vez la ciudad. Lo bueno fue que visitaron las cosas que aun me faltaban por ver, como castillos abandonados, y casitas muy bonitas que hay que recorrer media ciudad para ver. Incluso nos metimos en los terrenos de un hotel-castillo de cinco estrellas para ver las vistas y los cochazos que había en él.

Foto furtiva a los coches
Foto furtiva a los coches

El domingo fuimos a un pueblo cercano llamado Meiβen, que tiene una catedral preciosa, y muchas casas típicas sajonas, lo que pasó fue que cuando llegamos en tren, toda la calle del pueblo estaba llena de gente, todo esto era debido a que estaban en la fiesta del vino [nota guía michelín: todo Dresde y sus alrededores esta en un valle especialmente protegido del viento, que lo hace una buena zona vitícola, especialmente de vinos blancos], por lo que hubo una cabalgata (que a mi me recordó un poquito a los carnavales de Cebreros) en la que desfilaban todas las cooperativas de viticultores dando vino a los que veían la cabalgata y entre ellas estaban todos los gremios de la ciudad (panaderos, carniceros…), las bandas de música, las asociaciones culturales, los clubes de patinadores, de gimnastas… ¡vamos! ¡que todo el pueblo!.

Baco

Cabalgata
Fotos de la cabalgata

La cabalgata duró tres horas, pero se pasaron rápido. Nosotros no nos llevamos vaso y no podíamos beber vino, pero una señora muy rara (la típica deprimida social, a mi me recordaba a la madre de la boxeadora de la peli “Million dollar baby”) nos prestaba su vaso de vez en cuando. Después de la cabalgata fuimos a ver la ciudad y tras comer los productos típicos de la tierra y de degustar una buena cerveza de la región, nos dirigimos a Moriztburg, donde hay un castillo precioso, que los reyes de Sajonia utilizaban como residencia de caza. Había una carpa enorme donde había una feria de bodas y habían desfiles de moda de vestidos de novia, muchos stands y limusinas. Después de eso regresamos a casa.

Castillo de Moritzburg
Castillo de Moritzburg

Moritzburg y la manzana
Moritzburg y la manzana

¡Ah! Ya había dicho que me colaría en las obras de la estación de Hauptbahnhof para hacerla unas fotos para que veáis lo destruida que está. Ayer lo hice y aquí está el resultado de mi incursión:

Haupbahnhof en ruinas
Haupbahnhof en ruinas
Publicado el 28 de septiembre de 2005