Día 170: Fin del viaje

El último día del viaje fue el jueves. Ángel se volvía temprano a Bielefeld, para limpiar las habitaciones que no eran suyas y que habíamos ocupado. Dani y Oscar salían hacia Madrid a la misma hora que yo cogía el avión de regreso a Dresde: a las cuatro de la tarde. Por lo que aún podíamos los tres aprovechar toda la mañana. Fuimos al centro en metro, queríamos subir a las torres de la catedral, pero había un problema: teníamos las maletas encima y no las podíamos dejar en el albergue. Buscamos una consigna en la estación de trenes, y la había, pero era una máquina muy extraña, grande y que tenía un hueco por donde, en teoría, había que meter las maletas. Tenías que pagar 4 € por maleta, y una vez que habías pagado se las tragaba y te devolvía un papel en el que sólo había un código de barras. Como no nos fiábamos de la extraña máquina que había por consigna, tuvimos que estar con las maletas y no pudimos subir. Por eso nos sentamos delante de la inmensa catedral, al sol, como hacen los viejetes en las plazas mayores de cualquier ciudad o pueblo de España. Estuvimos un buen rato, mirándola, hasta que el frío nos echó de allí y nos llevó a la estación, que está llena de tiendas (Colonia no es ajena a la moda de los centros comerciales-estación), aprovechamos para comprar algún regalo. Después comimos algo y fuimos al aeropuerto. Estuvimos sentados esperando en el Fuerte Colonia (de nuevo, seis meses después), recordando las anécdotas del viaje. Luego llegó la despedida (mi avión salía ligeramente antes) y la separación: ellos se iban en un avión lleno de alemanes juerguistas (que se iban de fiesta a España) y yo me iba en un avión lleno de alemanes ejecutivos. Parece ser que a los ejecutivos también les va eso de los vuelos baratos, por que en avión sólo había gente con traje (y yo). Tomé una foto con él móvil de un pequeño grupo de ejemplo.
Ejecutivos
Llegué a Dresde y todo estaba nevado. Al parecer me había perdido una ola de frío. Ahora a estudiar de nuevo: hay que ponerse las pilas con el alemán y tengo que estudiar para los exámenes que me quedan. Fin del viaje y fin de las vacaciones.
Publicado el 11 de marzo de 2006