Después del gran Rosenmontag teníamos que descansar. Por
eso los dos días que nos quedaban de viaje los dedicamos a hacer
un turismo relajado, tranquilo, sin prisas. Por eso el
Fastnachtsdienstag (martes de carnaval), no nos levantamos hasta el
mediodía, comimos algo, y después de una larga sobremesa
fuimos a dar un paseo por la resacosa Colonia. Algo tranquilo, para ver
la catedral a fondo e ir al río. Luego, como está en la
misma red de metro que Colonia, fuimos a Bonn. Bonn era la antigua
capital de la República Federal Alemana. Es una ciudad
pequeña (tan pequeña que no consigo entender como pudo
ser la capital), pintoresca, donde se encuentra la casa natal de
Beethoven. Aunque sinceramente, sólo fuimos a Bonn para volver a
un restaurante típico alemán en el que habíamos
estado dos años antes, y en el que se comían unas
salchichas con Senf (mostaza) riquísimas. Éste año
nos defraudó un poco, quizás cambiaron al
cocinero… Después volvimos al albergue y estuvimos toda
la noche jugando al ping-pong. Al día siguiente,
miércoles de ceniza, estuvimos vagueando toda la mañana y
por la tarde fuimos a Aquisgrán (Aachen en alemán,
Aix-la-Chapelle en francés) en búsqueda de Carlo Magno.
Estuvimos en la catedral, donde está el trono y la tumba de
Carlo Magno. Su presbiterio, octogonal, es muy bonito (fue propuesto
como una de las 7 nuevas maravillas del mundo) y sale en todos los
libros de historia.
La foto es de la Wikipedia, no puedo enseñaros fotos porque mi
cámara de fotos cayó durante el duro día del
Rosenmontag. Lo siento. :(
Después fuimos a ver el ayuntamiento, construido sobre las
ruinas del palacio de Carlo Magno (y ahora es un hotel). Y luego como
hacía mucho frío y estaba nevando, volvimos al albergue
en Colonia a seguir el campeonato de ping-pong.