Como me gustan las
matemáticas, y creo que en la universidad
de Salamanca no he aprendido suficientes, me he
“matriculado” en una asignatura
de 4º curso de la carrera de matemáticas sobre
ecuaciones diferenciales llamado
“Análisis III”. Aquí en
Dresde, las asignaturas de matemáticas se dan de
esta manera: el catedrático-dios da las clases
teóricas en un aula magna enorme
con el par de centenas de alumnos de la asignatura y luego otros
profesores y
doctorandos dan las clases prácticas en grupos de 4
estudiantes. Pues el primer
día en clase en alemán, mi primera hora, ha sido
en uno de esos grupos.
Estábamos en la clase un profesor mayor, con barba blanca
corta, camisa de
cuadros verdes abierta y gafas colgando de una cadena, tres alemanes y
yo. El
profesor reparte una hoja con unos ejercicios. La miro. Es una hoja con
unas
integrales tremendas, llenas de senos, cosenos, combinatoria y
exponenciales. Pienso:
“¡Dios mío! No sólo
no
entiendo nada de lo que me
dice, que además no tengo ni idea de cómo hacer
ninguna de estas integrales”.
Hundo la cabeza en el
papel con la esperanza de que el
profesor no se dirija a mi…
– A ver, el
pelirrojo… ¿Cómo se llama usted?
– dice el profesor.
Para mis adentros:
“mierda”
–
Mario…
– Salga a la
pizarra a hacer la primera, por favor – supuse
que dijo
Entonces miro la
integral, miro al profesor, vuelvo a mirar
la integral, vuelvo a mirar al profesor, miro a los
compañeros… No tengo ni idea
de cómo se hace… Me levanto y voy a la pizarra y
empiezo a escribirla:
Integral… entre “y” y “y
cuadrado menos y”… de… abro
paréntesis… x sobre 2… Mientras la
estoy
escribiendo alguien habla al profesor
detrás de mí, uno de los alumnos, como no
entiendo nada, sigo escribiendo. El
profesor me pide que pare:
–
Vaya… ¡Que error! Lo siento mucho Mario,
estás haciendo
una integral de la asignatura de análisis I, y
claro… esto es análisis III…
Ahora vengo con la hoja de ejercicios correcta.
El profesor me quita la
hoja, se la quita al resto de la
clase y sale corriendo por el pasillo. Incertidumbre…
…
¿Me
traerá una algo aún más
difícil? ¿Salgo corriendo por la
puerta, ahora que no está el tío?
…
Al minuto aparece de
nuevo, repartiendo las hojas correctas.
Cuando me da la mía, me muero. Es una fórmula el
doble de grande, y me pide que
haga la trasformada de Fourier de ella. Yo sé lo que es la
transformada de
Fourier, pero no tengo ni idea de cómo se hace, no
sabía ni que se podía hacer...
El profesor ve mi cara de pánico y me pregunta:
–
¿Sabes hacer la transformada de Fourier?
–
Uff… Pues la verdad es que no me acuerdo.
– Bueno, no te
preocupes. Escribe las fórmulas del polinomio
y del coeficiente de Fourier
–
Ehhh…
– Venga, yo te
la dicto.
Y después de
dictarme las fórmulas, y conseguir yo
escribirlas (es difícil cuando te dictan en
alemán…). He empezado a hacer la
integral y he conseguido hacerla. Lo contento que estaba por haberlo
conseguido
ha eclipsado el mal rato que he pasado en la pizarra. Esta clase me ha
gustado
mucho, y el sistema de enseñanza personalizado
alemán mucho más. Pero me temo
que voy a tener que dejar la asignatura, porque me coincide con las
prácticas
de laboratorio de química física, que
como ya os
he contado, han sido las únicas
en las que nos han admitido. Me da mucha pena pero así
funcionan las cosas en
la beca Erasmus: tienes que hacer mil malabares para conseguir un
horario
razonable con las asignaturas que debes hacer, y que equivalgan a las
que te
pide el sistema de estudios español. Pero creo que lo estoy
consiguiendo y me
está quedando un horario bastante chulo. Ahora tengo que
buscar tiempo para la
actividad deportiva a la que me he apuntado:
Remo.