¡Increíble! ¡Qué
rápido pasa el tiempo!
¡Ya llevo un mes aquí! En este mes, a pesar del
curso, no
he aprendido nada de alemán. Mis compañeros de
piso
intentan enseñarme, pero acabo siempre hablando en
inglés
con ellos. Y es que el condenado idioma me parece
dificilísimo. El
alemán tiene un orden muy estricto a la hora de colocar las
palabras en una frase y soy incapaz de seguirlo.
La semana pasada fue la fiesta de despedida del curso del TUDIAS.
Estuvo muy entretenida, con cerveza y salchichas por todos los lados.
La fiesta empezó con un discurso de despedida del director
de los cursos de alemán,
Klaus Knabe,
el tipo que el primer día me riñó por
llegar tarde
mientras me preguntaba que si era del Barça o del Madrid.
La canción que teníamos que cantar no
quedó tan
mal. Para no tener que cantar en alemán, le dije a la
profesora
que yo tocaba muy bien los bongos (¡mentira! soy totalmente
arrítmico...), y nos trajo unos que tenía un
profesor de origen
turco. No sé como lo hice en la demostración,
pero
coló la historia y me encargaron que tocase yo los bongos.
Estuve ensayando un montón y en el último
momento, cuando
ya conseguía hacer un ruido que se amoldase a la
canción,
me vio el profesor turco y me dijo que era
"jämmerlich", es decir, lamentable, y se puso él a
tocar.
(Menuda diferencia: yo mientras yo tocaba:
bom, bom, bom, bobobom, bom,
bom, bom, bobobom... un ritmillo cutre... el turco
parecía el mismísimo Tito Puente:
bibibobom bibibibombom bibi bum).
Al final canté con el resto de la clase escondido en la
última fila. Nos quedó bastante bien y he de
reconocer
que me equivoqué: pasamos bastante desapercibidos frente a
la gente que hizo obras de teatro o concursos.
Esta semana también he estado peregrinando con
José Antonio por
los despachos de los profesores para que nos admitan en sus
asignaturas. El sistema de matriculación es muy
cómodo
para los estudiantes erasmus (creo que es igual para todos los
alumnos): se te considera matriculado en una asignatura cuando te
presentas a su examen. Este sistema te da la libertad de acercarte a
una
clase, y si ves que no entiendes al profesor o que el nivel es muy
bajo/alto, pues no vuelves a ir y punto. Para las prácticas
hemos tenido que pedir permiso al coordinador de la asignatura para que
nos admitan, rogarle que nos hiciera un hueco entre sus alumnos, que
llevaban desde antes del verano apuntados. Nos
han cogido en las prácticas de química
física
avanzada. Cuando lo hemos intentado en el departamento de
química orgánica, nos han mandado a la mierda. El
coordinador de esas prácticas decía que no
sabíamos suficiente
alemán. Nosotros tratábamos de explicarle que
habíamos
cumplido los requisitos de idioma que pedía su universidad y
que
nos admitiese pero el tío no cedía: tras darnos
un no rotundo,
nos dice serena y lentamente: "Vosotros seríais un
problema
para mi... y a
mi... no me gustan los problemas... así que... no os quiero
tener como
alumnos". Regresando a casa, José Antonio, que
había salido más
cabreado que yo, no
paraba de repetir "Illo, este tio es un cara-polla-frente-nabo". Es
normal que saliese cabreado: ha pagado en España los
creditos
para asignaturas prácticas de orgánica y no va a
poder coger ninguna
asignatura en
Alemania, porque al profesor no le da la gana, así que va a
perder ese
dinero.
De
todas formas, por lo que me contó Juan, no es bueno tener
dos prácticas
en el mismo semestre, porque son muy duras y no tendrías
tiempo para
hacer nada, así que estoy bastante contento con que nos
hayan admitido
al menos en una. Las
prácticas empiezan la próxima semana, os
mantendré
informados.
Publicado el 14 de octubre de 2005.