El 8 de mayo de 1794, fue guillotinado Antoine Lavoisier, padre de la química moderna. Fue condenado por ser uno de los recaudadores de impuestos de la Ferme Générale, acusado de traidor a la república por los revolucionarios en los tiempos del terror en París. Condenado a la guillotina, Lavoisier pidió al tribunal que se le dejase acabar un experimento. Fue cuando el presidente del tribunal revolucionario, Jean-Baptiste Coffinhal, le sentenció con la famosa frase:
"La République n'a pas besoin de savants ni de chimistes;
le cours de la justice ne peut être suspendu"
(Que se
traduce algo así como: "La república no necesita sabios
ni químicos, el curso de la justicia no puede estar suspendido")
Lavoisier fue guillotinado en la Plaza de la Revolución, hoy Plaza de la Concordia, hace hoy 211 años...
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