Día 152: El segundo examen

El jueves tuve el segundo examen. Era el examen complicado del que hablé el otro día, el examen de Química Analítica Instrumental. El examen era a las 7:30 de la madrugada. Tener un examen tan pronto es todo un fastidio. Significa que para repasar para el examen me tuve que levantar al menos a las 6. Y para poderme levantar tan pronto y luego ir fresco al examen, la noche anterior me tuve que ir a la cama a las diez. Claro, con los nervios previos a un examen, no pegué ojo en toda la noche. (Ya dejo la anáfora que veo que no me esta quedando tan bien como pensaba). Salí de casa a las siete y estaba cayendo una nevada tremenda. Nevaba tanto que en el tiempo que tardé en recorrer el camino de mi casa a la parada del autobús (20 metros), acabé cubierto de nieve de pies a cabeza. El examen era en el aula magna de la facultad de matemáticas, un aula enorme pero algo antigua. José Antonio (mi compañero español) y yo nos sentamos arriba del todo para que cuando entrase el profesor nos viese rápido, ya que habíamos quedado con él que nos iba a entregar las preguntas del examen en inglés y que íbamos a hacer la prueba en inglés. Pues el profesor no vino y en su lugar llegaron un grupo de profesores más jóvenes. Antes de empezar, dicen gritando hacia la clase: “Hay dos estudiantes de España, ¿dónde están?” Todo el mundo se giró mirando extrañados hacia todos los lados donde estaban esos dos intrusos que no conocían. Y cuando nos vieron con la mano en alto, saludándoles como saludan los miembros de un jurado de misses, se llevaron cierta sorpresa, no sé si porque no respondemos a la imagen de típicos españoles (José Antonio rubio y yo pelirrojo), o porque no se esperaban que dos compañeros suyos fuesen estudiantes Erasmus infiltrados . Subió la profesora y nos entrego el examen. Y es aquí donde, por primera vez, he visto un gesto de buena voluntad, de ayuda desinteresada, por parte de un alemán (han tenido que pasar 150 días, 5 meses, para ver tal gesto). El profesor nos entregaba junto con el examen alemán, unas hojas grapadas con las traducciones de las preguntas al español, con una nota que decía: “Espero que os sirvan de guía, en todo caso las preguntas oficiales son las que están en alemán, buena suerte”. ¡Qué detalle!. No sé quien traduciría las preguntas al español, si el profesor, o un tesinante suyo español llamado Herr González (Es que gramaticalmente las preguntas estaban escritas de forma impecable, pero había muchas faltas de ortografía). Bueno, a mí, en realidad, esto me descolocó un poco, porque como tenia que responder en inglés, tener las preguntas en español era un poco incomodo, porque entraba otro idioma en juego. Las preguntas eran sencillitas, preguntaban cosas clave y nada enrevesado (esto me invita a hacer una reflexión, que ya contaré más detalladamente en próximos días). El problema fue el tiempo. Me parece muy poco tiempo una hora y media para responder a tanta pregunta (eran 16 preguntas) en inglés. No es ni mucho menos suficiente, sólo me dio tiempo a responder a 10. Pero creo que estaban más o menos bien, así que la sensación del examen fue buena (luego me entró algo de rabia porque con lo fácil que era, podía haberlo hecho mucho mejor). Ahora sólo tengo que esperar a los resultados. Por cierto, os dejo un link a la página web del este profesor tan bueno y majo llamado Saltzer.
Publicado el 12 de febrero de 2006