El jueves tuve el segundo examen. Era el examen complicado del que
hablé el otro día, el examen de Química
Analítica Instrumental. El examen era a las 7:30 de la
madrugada. Tener un examen tan pronto es todo un fastidio. Significa
que para repasar para el examen me tuve que levantar al menos a las 6.
Y para poderme levantar tan pronto y luego ir fresco al examen, la
noche anterior me tuve que ir a la cama a las diez. Claro, con los
nervios previos a un examen, no pegué ojo en toda la noche.
(Ya dejo la anáfora que veo que no me esta quedando tan bien como pensaba). Salí
de casa a las siete y estaba cayendo una nevada tremenda. Nevaba tanto
que en el tiempo que tardé en recorrer el camino de mi casa a la
parada del autobús (20 metros), acabé cubierto de nieve
de pies a cabeza. El examen era en el aula magna de la facultad de
matemáticas, un aula enorme pero algo antigua. José
Antonio (mi compañero español) y yo nos sentamos arriba
del todo para que cuando entrase el profesor nos viese rápido,
ya que habíamos quedado con él que nos iba a entregar las
preguntas del examen en inglés y que íbamos a hacer la
prueba en inglés. Pues el profesor no vino y en su lugar
llegaron un grupo de profesores más jóvenes. Antes de
empezar, dicen gritando hacia la clase: “Hay dos estudiantes de
España, ¿dónde están?” Todo el mundo
se giró mirando extrañados hacia todos los lados donde
estaban esos dos intrusos que no conocían. Y cuando nos vieron
con la mano en alto, saludándoles como saludan los miembros de
un jurado de misses, se llevaron cierta sorpresa, no sé si
porque no respondemos a la imagen de típicos españoles
(José Antonio rubio y yo pelirrojo), o porque no se esperaban
que dos compañeros suyos fuesen estudiantes Erasmus infiltrados
. Subió la profesora y nos entrego el examen. Y es aquí
donde, por primera vez, he visto un gesto de buena voluntad, de ayuda
desinteresada, por parte de un alemán (han tenido que pasar 150
días, 5 meses, para ver tal gesto). El profesor nos entregaba
junto con el examen alemán, unas hojas grapadas con las
traducciones de las preguntas al español, con una nota que
decía: “Espero que os sirvan de guía, en todo caso
las preguntas oficiales son las que están en alemán,
buena suerte”. ¡Qué detalle!. No sé quien
traduciría las preguntas al español, si el profesor, o un
tesinante suyo español llamado Herr González (Es que
gramaticalmente las preguntas estaban escritas de forma impecable, pero
había muchas faltas de ortografía). Bueno, a mí,
en realidad, esto me descolocó un poco, porque como tenia que
responder en inglés, tener las preguntas en español era
un poco incomodo, porque entraba otro idioma en juego. Las preguntas
eran sencillitas, preguntaban cosas clave y nada enrevesado (esto me
invita a hacer una reflexión, que ya contaré más
detalladamente en próximos días). El problema fue el
tiempo. Me parece muy poco tiempo una hora y media para responder a
tanta pregunta (eran 16 preguntas) en inglés. No es ni mucho
menos suficiente, sólo me dio tiempo a responder a 10. Pero creo
que estaban más o menos bien, así que la sensación
del examen fue buena (luego me entró algo de rabia porque con lo
fácil que era, podía haberlo hecho mucho mejor). Ahora
sólo tengo que esperar a los resultados. Por cierto, os dejo un
link a la página web del este profesor tan bueno y majo llamado
Saltzer.