Hoy se inaugura en Dresde el Striezelmarkt, el mercado navideño
típico alemán, donde puedes beber Glühwein
(literalmente vino incandescente; vino caliente con limón,
azúcar, canela y clavo), y comer Spekulatius (galletas de canela
con frutos secos) o Glasierte Äpfel (Manzanas glaseadas). Es uno
de los mercados navideños más antiguos de Alemania, ya
que se remonta al año 1434, cuando el rey sajón Friedrich
II retiró los privilegios del mercado de la carne, que
sólo duraba un día; para introducir un mercado
navideño, donde podrían vender los comerciantes de la
región sus nueces y pasteles para nochebuena. Ahora el
Striezelmarkt dura todo el adviento y es todo un acontecimiento local.
Sin embargo yo no podré ir hoy al acto de inauguración
del DLXXI Striezelmarkt (¡¡571º!!), donde se
repartirán los 3.000 kilos de un pastel gigante llamado schweren
Riesenstollen, debido a que he cogido un catarro feroz, que mantiene
mis anginas inflamadas y mi nariz totalmente taponada. De todas formas
confío plenamente en que los sobres de Frenadol que estoy
tomando, me permitan volver a retomar la vida relajada de estudiante
Erasmus cuanto antes.