Día 42: Viaje a Rostock

Este fin de semana he hecho una escapadita a Rostock, en el norte de Alemania, junto al mar Báltico. Sara, una amiga de Juan, me contó que iba a ir con su novio, Fabián, y con dos amigas más, Mary y Llanos, y que les quedaba una plaza en el coche. Y yo que últimamente andaba algo saturado con las prácticas, me animé.
El viaje en coche duró unas 6 horas, en las que fuimos escuchando todo el rato las cintas que tenía Fabián en el coche, todas ellas de música Schlager. Schlager en alemán significa golpear y es algo así como la palabra inglesa hit, que se traduciría al castellano como éxito. La música de este tipo es de los años 60, 70 y 80 y se asemeja a nuestra música representada por (por ejemplo) Georgie Dann, El Dúo Dinámico o La Onda Vaselina... Para que os hagais una idea aquí os dejo un par de muestras:
Este grupo es Dschinghis Khan con su canción Moskau:
Y este es Guido Rex con una versión subtitulada de su "Fiesta mexicana":
Después de todo el camino escuchando esta música, llegamos a Rostock y buscamos el albergue. Fabián lo había organizado todo muy bien y reservó un albergue muy barato, cerca del centro y muy agradable. Dejamos la mochila y nos fuimos a pasear por la ciudad, como buen alemán, Fabián nos recordó como en Alemania la gente no cruza la calle si el semáforo está en rojo, aunque no vengan coches.
Como no se debe cruzar, niños
Como no se debe cruzar, niños

Como se debe cruzar, niños
Como se debe cruzar, niños
Rostock era (¿y es?) una ciudad hanseática, y toda su arquitectura estaba marcada por esta federación comercial.
Rostock

La plaza mayor de Rostock
La plaza mayor de Rostock
La plaza mayor de Rostock

Biblioteca de Rostock
Biblioteca
con puertas de aduana
Aduana

Aduana
y su puerto
El puerto
Después de la visita, cenamos un kebap (ya os contaré bien que es esto del kebap) y fuimos a un bar a tomar una cerveza del lugar (cada ciudad en Alemania tiene su propia cerveza, en este caso la Rostocker)
Cervecería
El bar era un poco chungo, de motoristas de Harley y estaba regentado por dos ex-pilotos del ejercito. Todo el local estaba decorado con paracaídas, fotos de aviones, cartas de navegación y con recuerdos de los dueños. La verdad es que fueron muy majos y nos lo pasamos muy bien. Antes de irnos nos hicimos una foto:
En el bar
Al día siguiente fuimos a la playa de un pueblo cercano, hacía mucho viento y algo de frío, pero lo pasamos muy bien dando un paseo por la arena.
Tratando de llegar al final

Los faros

Aquí os dejo una foto robada de un tío que se estaba bañando desnudo en el mar (recuerdo que hacía frío)
Nudista tipico alemán (del este)
Ya por último, antes de volver a subir al coche de Fabián para escuchar otras 6 horas de Schlager para regresar a Dresde, nos fuimos a comer el pescado típico de la zona. Yo me tomé una especie de boquerones en vinagre (algo más grandes) que venían enrollados sobre un pepinillo. Eran muy ácidos y me estuvieron repitiendo durante dos días. ¡Lo llego a saber y me como una hamburguesa!
Publicado el 8 de noviembre de 2005